06/02/2010
Mi buen amigo Pedro nos ha dejado, y yo, como seguro todos los que le conocían, siento un gran vacío. Para mi ha sido tan inesperado como doloroso. Es una rara sensación de vacío y tristeza para quien desde niño he sentido gran admiración.
Desde pequeño iba al colegio Gandasegui siempre de la mano de mi madre ó algún hermano con la esperanza de verle en la lonja donde el trabajaba y que me sonriera al pasar, con esa complicidad que teníamos ya que Pedro Mari ya sabia que yo de mayor sería casi tan buen Radioaficionado como él.
Jamás olvidaré la primera vez que me invito a mí y a mi Padre a visitar su espectacular cuarto de radio lleno de equipos y pantallas de Televisión. Desde ese instante supe que yo quería ser como él. Recuerdo que desde ese primer momento él y su mujer Josefi me hicieron sentir uno más de la familia.
Pedro Mari se hacia querer desde el primer instante ya que su rostro y su manera de ser lo decía todo. Era pionero en España de lo que se conoce entre nosotros los Radioaficionados como “SSTV” que es una modalidad de transmisión y recepción de imágenes y textos por radio. Era muy conocido y querido por todos a nivel mundial. El ha sido un claro ejemplo de bondad, cordialidad y caballerosidad entre todos los que amamos la Radioafición.
Entre los mejores recuerdos de mi vida estará claramente el haber pasado los concursos a su lado y han sido muchos. El ha sido campeón del mundo en varias ocasiones, ahí queda eso, pero también ha sido un claro ganador en muchos aspectos de su vida personal. Quiero también agradecer a toda su familia su apoyo y generosidad y espero que algún día se dé el caso de algo con lo que Pedro Mari soñaba y es que algún nieto siguiera sus pasos en esto de la Radioafición. Si es así yo estaré orgulloso de hacer lo mismo que él hizo conmigo.
Por eso, Pedro Mari, estés donde estés, no te olvidaré y cada nuevo contacto que haga ó cada nuevo país que consiga te lo seguiré contando y dedicando a través de las ondas. Sé que tú me recibirás y yo seguiré contándote todas las novedades de esta afición que tanto queremos y que tanto nos ha unido.
Me hubiese gustado mucho decirte un montón de cosas que ahora siento mientras te escribo estas letras, nos quedaban muchos proyectos por hacer, esos de los que tantas veces hemos hablado. Ha sido un placer haberte conocido y solo quiero decirte que estarás en mis pensamientos hasta el fin de mis días porque cada vez que me siente delante del ordenador y la radio siempre estarás tú al otro lado. Me despido deseándote que sueñes con los angelitos que era lo que tú me decías siempre que nos despedíamos después de largas charlas cada noche.